El MINI original y como marca lleva ya 62 años de historia, pero el 26 de abril de 2001 comenzó una nueva era, un renacer para la compañía y por supuesto, un replanteo total de aquel vehículo creado por sir Alec Issigonis: ese día salió de la línea de montaje de la planta de Oxford el primer MINI de nueva generación producido bajo la dirección de BMW Group.
Como ya se sabe, la estrategia planteada por la marca alemana fue la de reinterpretar por completo al modelo clásico y convertirlo en un auto moderno, de calidad Premium pero manteniendo algunas de las características más tradicionales de MINI. Para ello, la compañía realizó una importante inversión para adaptar la fábrica de Oxford a este nuevo modelo. Su éxito superó todas las expectativas: en apenas seis años, fueron producidas más de un millón de unidades. De acuerdo al comunicado oficial, desde que BMW tomó el control de la firma británica, se habían invertido unas 280 millones de libras esterlinas en la planta de Rover (Oxford) entre 1996 y 1997 para modernizar el área de carrocería, ensamblaje final y taller de pintura, a las cuales se sumaron otras 230 millones de libras para más actualizaciones en el complejo industrial. Así, se convirtió en una de las plantas más modernas del mundo, con tecnología de punta desarrollada específicamente para la producción del MINI, como los 229 robots encargados de construir y ensamblar la carrocería que además cuentan con un preciso sistema de medición láser para realizar diversos controles antes de continuar el montaje final del vehículo.
Por otra parte, Oxford es también la primera planta europea de producción de automóviles en hacer uso exclusivo de herramientas eléctricas en el ensamblaje final, acompañado por una automatización completa en la comunicación dentro del proceso de producción utilizando la tecnología de información más avanzada, con lo cual la fabricación de cada unidad se documenta electrónicamente desde la carrocería en blanco hasta que está completamente terminada, garantizando el cumplimiento de los exigentes estándares de BMW Group. En total desde 2000, el grupo alemán lleva invertidos más de 2.000 millones de libras en sus instalaciones, la más reciente de las cuales corresponde al nuevo Cooper SE, la versión 100% eléctrica del hatchback.
En esta nueva etapa que comenzó en 2001, la capacidad de producción inicial era de sólo 300 vehículos fabricados por día, pero fue aumentando con el correr de los años hasta alcanzar una producción diaria de alrededor de 1.000 unidades, con una fabricación por unidad cada 67 segundos gracias a la labor de una plantilla de 4.500 empleados. Los operarios también fueron partícipes, en 2019, del aniversario por los 60 años de la marca, año en el que alcanzó otro hito: la producción de la unidad número 10.000.000 para marca, que fue protagonizado precisamente por un MINI 3 puertas de la serie limitada 60 Years.