Si el Uno es considerado un clásico de la era moderna en nuestro país, en Brasil es prácticamente un auto de culto: es el modelo que motorizó a generaciones, la herramienta de trabajo de numerosas empresas de todo tipo de servicios, desde taxis hasta operadoras de teléfono o cable y este año cumple sus “primeros” 35 años de historia, con más de 4 millones de unidades vendidas hasta el momento.
El hatchback fue pionero en muchísimos aspectos: sus formas cuadradas, su altura y su equipamiento eran características poco vistas en una época en la que las calles de Río de Janeiro o Sao Paulo -por mencionar algunas- estaban repletas de Fuscas (Escarabajo), Brasilias u Opalas, es decir, vehículos con años de vigencia a cuestas. El Uno era un salto hacia la modernidad, hacia el concepto “chico por fuera, grande por dentro”, que años después también imitarían muchas otras marcas.
Sabemos que el Uno tiene una historia muy importante en Argentina -donde fue producido por Sevel entre 1989 y 1995- que quedará para otro momento. En esta ocasión, vamos a repasar ocho hitos de su trayectoria en el país vecino para entender por qué la filial local y nuestros colegas le dedicaron un espacio importante en sus portadas estos últimos días:
1984: el año en que el Uno comenzó su historia en Brasil, con motores nafteros de 1.0 y 1.3 litros, siempre con carburador –de dos bocas en el caso del 1.300-, se comercializó en tres versiones, S (Super), CS (Confort Super) y SX (Sport Experimental, más deportiva y de 71,4 CV). Se destacaba por su completo instrumental para la época, con tacómetro y manómetro de aceite, así como los comandos satelitales. Las versiones más equipadas contaban con los faros auxiliares cuadrados –que en nuestro país se hicieron populares en el SCX- en la parte inferior del paragolpes.
1988: en los cuatro años siguientes, el Uno amplió su gama de versiones, con carrocería de tres puertas (Premio), la rural Elba o la pick up/furgón Fiorino, pero para 1988 se sumó una de las más exitosas en Brasil, el Uno Furgón –después llamado Cargo-, utilizada por cientos de empresas de servicios como vehículo de flota.
1992: el Uno empezó a actualizarse con la llegada del sistema de encendido electrónico, el aire acondicionado y la versión de 5 puertas. Muchos de sus ítems de equipamiento hasta ese momento eran considerados “de lujo”.
1994: además de la inyección electrónica en algunas versiones, el Uno pateó el tablero con la versión Turbo, que lograba prestaciones muy notables para la época: aceleraba de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 195 km/h.
2000: a casi 15 años de su debut en el país vecino, el hatchback recibió una de sus actualizaciones más importantes: con más de 1,2 millones de unidades vendidas, el Uno pasó a convertirse en el modelo de acceso a la marca, posicionándose por debajo del “joven” Palio y renovó sus motorizaciones, con la llegada de la familia Fire 1.0 y 1.3. En 2004 incorporó un importante rediseño, con trazos más redondeados en el sector frontal, nuevos faros delanteros y traseros y leves cambios en el interior: nuevo instrumental, levantavidrios eléctricos, dirección asistida, radio con CD, etc. Entre todas las versiones, se destacó la Mille Economy, que con una nueva puesta a punto lograba reducir hasta en un 10% el consumo respecto a la serie anterior.
2010: es el principio del fin para el Uno clásico. Ese año se presentó el “Novo Uno”, con nueva plataforma y diseño inspirado en el Panda europeo. Así el modelo se actualizó por completo, no sólo estéticamente, sino en tecnología, confort y seguridad. Aún así, el de primera generación siguió dando batalla, siendo uno de los vehículos más accesibles y económicos del momento.
2013: finalmente, el Uno clásico se despidió de la línea de producción. Las mayores exigencias a nivel de seguridad –con ABS y doble airbag obligatorios- terminaron con su vida comercial a pesar de que la demanda se mantenía. Para homenajearlo, Fiat lanzó la edición especial Grazie Mille, limitada a 2.000 unidades –numeradas-, con detalles estéticos y de equipamiento exclusivos y el nuevo color “Verde Saquarema”.
2016: desde aquel momento, todo quedó en manos del Novo Uno, que para 2016 recibió su actualización más importante, con numerosos cambios estéticos, pero especialmente a nivel tecnológico y mecánico. En primer lugar, incorporó más ítems de seguridad, como el control de tracción, control de estabilidad y el asistente de arranque en pendientes, posicionándose como uno de los más equipados de su segmento. Por otra parte, con este restyling debutó la nueva familia de motores FireFly 1.0 y 1.3 que actualmente también utilizan el Argo y el Cronos. En nuestro país, luego de un impasse de algunos años, el Uno regresó al mercado en una única versión, Way, lanzada el año pasado.