Muchos recordarán el encuentro anual, la fiesta de los GTI a orillas del lago Wörthersee en Austria que durante décadas reunió a miles de unidades y fanáticos de la marca. Sin embargo, debido a razones medioambientales, las autoridades locales no permitieron que se siga llevando a cabo, por lo que Volkswagen, que en los últimos años se había hecho cargo de la organización, debió mudar el festival a su propia sede de Wolfsburg. Como es habitual, la marca siempre prepara un prototipo para este evento y esta no será la excepción, con su hatchback 100% eléctrico como protagonista: el ID.3 GTX Fire+Ice.
La personalización está a la vista: lo primero que llama la atención es el color de su carrocería, el Violeta Eléctrico –que además cambia de tonalidad según la incidencia de la luz, pudiendo verse en un tono azul oscuro y hasta negro-, con un entramado como una suerte de guarda en los laterales más algunos detalles en rojo. También se destacan las llantas de aleación de 21 pulgadas, con el mismo color de la carrocería en contraste con detalles en un tono símil aluminio. El resto de sus características son similares a la versión Performance: con faros con máscara negra y un paragolpes con una toma de aire de formato trapezoidal con un aplique negro en lugar del entramado con perforaciones de las versiones convencionales. Hacia los extremos posee dos nervaduras en forma de C que subrayan el ancho del vehículo y las luces antiniebla de formato triangular.
Puertas adentro, cuenta con revestimientos exclusivos, con un diseño inspirado en las camperas de plumón, con combinaciones bitono entre el Violeta Eléctrico del exterior con detalles en gris y costuras en rojo. Además, posee pedalera de acero inoxidable que cambia las insignias Play y Pause por el nombre que identifica al prototipo, Fire+Ice. Por supuesto, conserva las actualizaciones que recibió el ID.3 el año pasado, con la nueva pantalla de 12 pulgadas del sistema multimedia y mejoras tecnológicas como actualizaciones OTA –a distancia- y más sistemas de asistencia a la conducción como el Travel Assist (control de crucero adaptativo que además puede controlar la dirección para seguir en el carril correspondiente).
Donde no hay modificaciones es en su mecánica, que se basa, como señalamos anteriormente, en la versión GTX Performance. Presentada a mediados del mes pasado, su principal novedad es la incorporación del motor APP550, estrenado en el ID.7: con una reprogramación en la gestión electrónica, la potencia se incrementó desde los 286 CV (210 kW) a los 326 CV (240 kW) y 545 Nm de par, alimentado por una nueva batería de 79 kWh de capacidad, que le permite lograr una autonomía máxima de 601 kilómetros según el ciclo WLTP y es compatible con cargas rápidas, por lo que puede recuperar del 10 al 80% en 26 minutos. Claro que también, considerando su mayor potencia y orientación deportiva, entrega un muy buen rendimiento, pudiendo acelerar de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 200 km/h (limitada).
Tal como los prototipos del Wörthersee, el ID.3 GTX Fire+Ice es un one-off y no está previsto su pase a producción en serie.