Comenzó el Salón de París y llegó el momento de por fin conocer a una de las novedades más esperadas por el público y por la prensa, el nuevo Renault R4 E-Tech, que generó tanto entusiasmo desde el mismo momento en que la marca confirmó que iba a traer de vuelta a la vida a uno de sus productos más icónicos pero ahora como parte de la gama 100% eléctrica E-Tech.
Hay que reconocer que el trabajo de los diseñadores a la hora de reinterpretar un clásico como el R4 fue perfecto: todas las señas de identidad fueron respetadas y están claramente a la vista, desde la forma de los faros hasta las ventanillas, pero llevados a la era moderna, con la tecnología y los avances que eso supone. En el sector frontal, se destacan los faros redondos, con una firma luminosa que sigue su contorno y que se extiende sobre la máscara que los une a la parrilla, más el emblema del rombo iluminado. La forma redondeada del capot se mantiene y como toque aventurero para adaptarlo a las tendencias actuales con los SUV’s y crossovers de moda, posee protecciones en negro en el paragolpes, los pasarruedas y el sector inferior de la carrocería.
De perfil conserva la característica silueta del R4, incluyendo por supuesto el formato de las ventanillas, especialmente la del pilar C, de forma triangular. La versión más equipada puede agregar además el techo corredizo de lona, que si bien no estaba disponible en el modelo original que se fabricó en nuestro país, sí llegó a ofrecerse en otros países. El remate posterior también respeta las señas de identidad del “4 Latas”, sobre todo en la forma de los faros, la luneta y el portapatente.
Donde sí evidencia un gran salto hacia la modernidad es en el interior, donde indefectiblemente tenía que dar lugar a la tecnología y a las pantallas: posee dos de gran tamaño, una para el instrumental y otra para el sistema multimedia. A grandes rasgos, el diseño es bastante similar al del R5 E-Tech, lo cual no es extraño ya que ambos comparten plataforma. Si bien deja de lado el estilo retro –con la clásica palanca tipo paraguas que caracterizaba al viejo R4-, resulta bastante armonioso y posee una agradable combinación de revestimientos textiles y plásticos reciclados.
Desarrollado sobre la plataforma modular AmpR Small, mide 4,14 metros de largo, 1,80 metros de ancho y 1,57 metros de alto, con un despeje de 18,1 centímetros, cotas propias de un B-SUV, incluso de los más pequeños. Sin embargo, se destaca por su aprovechamiento del espacio, con un baúl de 40 litros.
Mecánicamente, por el momento fueron anunciadas dos configuraciones: 122 CV (90 kW) y 220 Nm de par o 150 CV (110 kW) y 250 Nm de torque, también con dos opciones de batería, de 40 y 52 kWh de capacidad, que le permiten lograr una autonomía de 300 o 400 kilómetros, respectivamente. Para su reabastecimiento, pueden utilizar un cargador rápido DC de hasta 100 kW, con el que pueden pasar del 15 al 80% de carga en apenas media hora. También es apto para carga bidireccional, por lo que puede ser utilizado como fuente de energía.
Su llegada a los concesionarios europeos está prevista para el año que viene. Suena un poco prematuro, pero creemos que con lo importante que fue el R4 original en nuestro país, es muy probable que su reinterpretación eléctrica pueda ser comercializada a corto o mediano plazo, complementando a la gama E-Tech que ya está disponible en Argentina.