Impuestos internos: el Gobierno actualizó la base imponible y ahora lo tributarán los autos con un precio superior a los $90.000.000

Aunque fue eliminada la primera escala, los impuestos internos siguen existiendo en nuestro mercado y acaban de recibir una nueva actualización: desde el 1° de septiembre comenzó a regir una nueva base imponible del mal llamado impuesto al lujo: con este ajuste, quedan alcanzados los modelos cuyo precio mayorista de fábrica a concesionarios sea igual o superior a $63.166.936,50.
Vale recordar que hasta el 31 de agosto el piso estaba fijado en $59.345.725,04, por lo que el incremento implica una suba de casi $3,8 millones en la base imponible. En términos concretos, y tras la incorporación de comisiones, cargas impositivas y márgenes de concesionarios, el tributo impactará en vehículos con un precio final al público cercano o superior a los $90 millones. Siguen quedando exentas las pick ups y utilitarios por ser considerados vehículos de trabajo. En el caso de las motos, la base imponible ahora es de $15.798.680,45 (precio mayorista, sin comisiones o cargas impositivas), con vigencia hasta el 30 de noviembre, fecha en que deberá ser anunciada una nueva actualización.
El esquema vigente desde febrero de este año contempla una alícuota única del 35% para todos los modelos alcanzados. Previamente, existían dos tramos: una primera escala del 20% para vehículos de menor valor y una segunda del 35% destinada a las vehículos de gama más alta. Con la eliminación del tramo inicial, el impuesto solo mantiene la tasa más elevada. De acuerdo con la normativa, esta estructura de un único escalón impositivo se mantendrá hasta el 30 de junio de 2027. A partir de esa fecha, el esquema deberá ser revisado nuevamente.
Con la modificación, el Gobierno apunta a actualizar periódicamente la base de aplicación del impuesto para acompañar la inflación y evitar que los modelos de gama media o media-alta queden incluidos en un tributo pensado originalmente para autos de lujo, pero que en años anteriores terminaron alcanzando a vehículos del segmento B y C generalistas, provocando fuertes distorsiones entre las listas de precios oficiales y los precios reales en concesionarios.