
La Kona representó un punto de quiebre para Hyundai, el inicio de una saga de productos con diseños mucho más jugados y un nivel de tecnología en muchos casos superior al de la mayoría de sus rivales. Más allá de que fue pensado especialmente para el mercado europeo, es un producto global y llegó incluso a nuestro país donde logró un muy buen nivel de ventas pese a las trabas a las importaciones e impuestos internos. Con más de cuatro años en el mercado, llegó el momento de su renovación y luego de varios adelantos, la marca surcoreana realizó la presentación oficial de la segunda generación en el Viejo Continente.
Muchas de sus características ya las fuimos conociendo de los anticipos oficiales, sobre todo su diseño y parte de su tecnología, por lo que restaba saber sus características técnicas. Comenzando por su diseño, su imagen es más agresiva y futurista. El sector frontal está inspirado en el Staria, con una firma de Led que recorre todo el frente, una gran toma de aire de formato trapezoidal en el paragolpes y los faros principales ubicados en los extremos, como una extensión de las protecciones plásticas de los bajos de la carrocería. Si bien mantiene las proporciones de su antecesor, dejará algo de lado las líneas curvas por trazos más marcados y rectos, detalles que se observan en su perfil.
Puertas adentro, la segunda generación refleja una evolución total respecto al modelo que se comercializa en nuestro mercado, con un interior cargado de tecnología y un nivel de terminaciones y materiales de nivel Premium. En primer lugar, se destaca su tecnología, representada por las dos enormes pantallas de 12,3” cada una, unidas entre sí para el instrumental y el sistema multimedia, con actualizaciones a distancia OTA. El diseño del tablero es de un estilo más tridimensional y por debajo se ubican las salidas de aire y los mandos de la climatización. A pesar de su despliegue tecnológico, afortunadamente mantiene los mandos físicos para acceder a todas las funciones, algo que se agradece al ser siempre más intuitivos que cualquier comando táctil. El volante también es completamente nuevo, con tres rayos y comandos multifunción.
Otro detalle a destacar es el uso de tonos claros en los plásticos y revestimientos –según la versión, ya que en la variante N-Line son de color negro-, que además de darle una imagen más elegante y refinada, también contribuyen a brindar una mayor sensación de espacio y luminosidad. La Kona siempre se destacó por su equipamiento de seguridad y esta segunda generación no será la excepción ya que cuenta con un completo paquete de sistemas de asistencias a la conducción con ítems como Asistente para evitar colisiones frontales, Asistente de mantenimiento en carril, Monitorización y asistente para evitar colisiones en puntos ciegos, Advertencia de salida segura, Asistente inteligente de límite de velocidad, Advertencia de atención del conductor, Asistente de luces altas (HBA), Control de velocidad crucero inteligente basado en navegación, Asistente de seguimiento de carril, Asistente de conducción en autopista, Monitor de vista envolvente, Asistente de tráfico cruzado trasero, Advertencia de distancia de estacionamiento hacia adelante, lateral y reversa, Asistente de prevención de colisiones de estacionamiento y Asistente de estacionamiento inteligente remoto.
Mecánicamente, en Europa sólo se comercializará en versiones híbridas y eléctricas. La variante híbrida (autorrecargable o HEV) está equipada con un motor naftero 1.6 GDI de 105 CV asistido por un motor eléctrico de 43 CV con el que desarrolla en conjunto 141 CV. La transmisión corre por cuenta de una caja automática DCT de doble embrague y 6 velocidades, mientras que la batería es de 1,56 kWh de capacidad. Por su parte, la gama plantea dos opciones 100% eléctricas: una con 156 CV (114 kW) y 255 Nm de par alimentada por un paquete de baterías de 48,4 kWh que le otorgará una autonomía de 342 kilómetros o la más potente, de 218 CV y 255 Nm de torque, en este caso con una batería de 65,4 kWh y una autonomía de 490 kilómetros según el ciclo WLTP. Ambas son de tracción delantera y disponen de un cargador de a bordo de 11 kW que permite recargar el 80% en apenas 41 minutos, así como también del sistema de frenado regenerativo y el i-Pedal, con el que se puede conducir utilizando un solo pedal, regulando automáticamente el frenado en función del flujo de tránsito. Adicionalmente, en Corea del Sur se agrega una opción convencional, impulsada por el motor naftero 1.6 T-GDI de 198 CV.
Su lanzamiento en el Viejo Continente está previsto para los próximos meses, con las versiones híbridas producidas en Corea del Sur y las eléctricas fabricadas en República Checa. También se espera que se anuncie la incorporación de más variantes a la gama para una segunda etapa. Por el momento no fue confirmado su arribo a nuestro país.
Hay un error en la nota. No es posible cargar 80% de una bateria de 65 kw con un cargador de 11kw en 41 minutos!