El Concurso de Elegancia de Pebble Beach es uno de los eventos de autos clásicos más importantes del mundo y debido a su trascendencia, muchas automotrices también aprovechan este prestigioso evento para develar sus novedades ligadas a su herencia histórica. Este es el caso de Bugatti, que se adueñará del protagonismo de la muestra californiana con el Centodieci, creada en honor a los 110 años de la marca y al EB110.
El EB110 fue un ícono de los 90, fue el modelo que marcó el regreso de Bugatti luego de más de 29 años sin producir ningún vehículo. Tras la quiebra de la compañía familiar, el empresario italiano Romano Artioli adquirió la empresa con el objetivo de construir el mejor superdeportivo de la época y para ello no escatimó recursos: mudó la planta de Molsheim (Francia) a Campogalliano (Italia) y contrató a los más reconocidos diseñadores e ingenieros de aquel momento, profesionales que habían creado otros íconos como la Ferrari F40 o los Lamborghini Countach y Diablo. La nueva joya de Bugatti, cuyo nombre tomaba las iniciales de su fundador –Ettore Bugatti- y fue presentada el día exacto en el que cumpliría 110 años –el 15 de septiembre de 1991-, superó las expectativas del público y de la prensa con multiplicidad de innovaciones, como su motor V12 con cuatro turbos y 561 CV –611 CV en la versión SS-, caja manual, tracción integral y chasis de fibra de carbono. Sus prestaciones eran escalofriantes: aceleraba de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 351 km/h, una performance que sigue superando a algunos de los mejores deportivos actuales.
Lamentablemente nació en una época complicada: el McLaren F1 lo terminó opacando y la crisis económica de mediados de la década, sumado a su altísimo costo, terminó provocando nuevamente la quiebra de la empresa con apenas 126 unidades fabricadas.
24 años después y ya de la mano del Grupo Volkswagen, Bugatti homenajeó al predecesor del Veyron y el Chiron a su manera: con cifras y un diseño que impresionan tanto como su precio de 8 millones de euros. Tomando como base la plataforma del Chiron, el Centodieci es una reinterpretación moderna del EB110. Sin caer en un diseño retro –sino todo lo contrario, por su apariencia se asemeja más a un prototipo futurista-, incorpora varios elementos o señas de identidad del deportivo creado bajo la dirección de Artioli, como el paragolpes frontal con la pequeña toma de aire central en forma de herradura, y las cinco tomas de aire circulares ubicadas en los laterales por detrás de las ventanillas. Las líneas curvas del modelo base fueron reemplazadas por trazos más rectos y el toque más moderno y extravagante lo aportan las pequeñas luces de Led frontales –delgadísimas- y las de la parte trasera, que se extienden por todo el ancho del vehículo pero divididas en ocho segmentos luminosos. Otra particularidad son los escapes –dos por cada lado, ubicados en posición vertical y enmarcados por el enorme difusor-.
Mecánicamente, Bugatti recurrió al orgullo de su departamento de ingeniería: el motor W16 –de dieciséis cilindros en W- de 8 litros y cuatro turbos, que entrega 1.600 CV y se acopla a una transmisión automática de doble embrague de 7 velocidades junto con un sistema de tracción integral.
Con este conjunto motriz, el Centodieci acelera de 0 a 100 km/h en 2,4 segundos y alcanza una velocidad máxima de 380 km/h, curiosamente limitada en este modelo –se sabe que el Chiron con 100 CV menos llega a los 420 km/h-. “No es solo la velocidad máxima lo que hace un hipercoche. Con el Centodieci hemos demostrado que diseño, calidad y prestaciones son todas igualmente importantes”, argumentó Stephan Winkelmann, CEO de la compañía.
La producción estará limitada a sólo 10 unidades que serán construidas en su ciudad natal de Molsheim, lo que da una idea de lo exclusiva que será y su presentación en Pebble Beach es el escenario perfecto para que algunas de ellas sean reservadas ahí mismo.