Por estos días, Stellantis viene siendo el centro de muchos rumores e incertidumbre, abarcando desde la confirmación del retiro de su CEO, Carlos Tavares una vez que finalice su contrato y la búsqueda de su sucesor, que ya comenzó, hasta el futuro de la gran cantidad de marcas que están bajo su portfolio, muchas de ellas en una delicada situación financiera que se agrava aún más con la crisis que atraviesa el sector, debido a la caída en las ventas y el replanteo en la estrategia de electrificación. Entre tantos comentarios, uno que volvió a cobrar fuerza es el de la posible venta de Maserati, que ya tendría un potencial comprador: nada menos que Chery.
Si bien ante los primeros rumores sobre la venta de Maserati hace algunos meses atrás, el propio Tavares lo desmintió, el consorcio sigue revisando sus números, tratando de exprimir al máximo cada inversión y buscando reducir todo tipo de gastos o pérdidas. En ese sentido, la firma italiana lamentablemente es una de las más afectadas y durante la presentación de los resultados financieros, fue la única marca que no tuvo un representante, lo que siguió alimentando las especulaciones sobre su futuro. De acuerdo a los datos revelados por Stellantis, Maserati tuvo un muy buen 2023 con 26.600 unidades vendidas, nada mal considerando que se trata de una firma de lujo. Sin embargo, todo se desplomó en 2024, con sólo 6.500 unidades vendidas durante el primer semestre. Para peor, acumula pérdidas operativas de 82 millones de euros en lo que va del año.
La venta de algunas marcas que integran Stellantis había sido descartada a corto plazo, pero no significa que no exista esa posibilidad más adelante. El propio Tavares había asegurado que cada compañía tendría una inversión suficiente y 10 años de plazo para volver a ser rentable, pero ese plazo parece haberse acortado hasta 2026, año en el que dejará su cargo. En ese contexto, comenzó a sonar como candidata a quedarse con el control de Maserati la automotriz china Chery, que viene expandiéndose rápidamente a nivel global y ya puso el ojo en Europa, tanto con vehículos electrificados con sus marcas Jaecoo y Omoda, así como con vehículos convencionales, con las firmas dR y Evo, que ya operan en Italia ensamblando y comercializando sus modelos, que en realidad son un simple rebadge de la gama de Chery y JAC.
Teniendo experiencia y conocimiento del mercado italiano, se ubica como uno de los compradores más potenciales de Maserati, lo que podría resultar beneficioso para ambas: Chery accedería de manera más contundente al segmento de lujo y al mercado europeo, mientras que la firma del tridente accedería a mayores recursos y tecnología. Por el momento, no hubo nuevas declaraciones oficiales. También habrá que ver la postura del gobierno italiano, si permite o no la venta de una compañía tan tradicional de su país.