
El Golf es junto con el Escarabajo uno de los modelos más icónicos y representativos de Volkswagen, un producto que hasta hace poco parecía imposible que la marca pudiera prescindir de él, pero puede que lo impensado finalmente ocurra e incluso antes de tiempo. Si bien hasta el año pasado, la firma de Wolfsburg había confirmado el desarrollo de una novena generación, ahora su futuro está en duda y se debe, básicamente, al avance de la electrificación.
Semejante noticia corrió por cuenta del nuevo CEO de VW, Thomas Schäfer, durante una entrevista con el diario alemán Welt, quien indicó que la decisión de crear una nueva generación del hatchback mediano todavía no fue tomada. Según el ejecutivo, que asumió el cargo el 1º de julio, el principal inconveniente son los costos de desarrollo cada vez más altos para vehículos de combustión. Como ya se sabe, Europa impulsa fuertemente la transición hacia la electrificación total y las normativas de emisiones serán cada vez más estrictas y difíciles de cumplir. Es por eso que, de acuerdo a Schäfer, el precio de un vehículo con motor de combustión será entre 3.000 y 5.000 euros más caro que en la actualidad para poder amortizar su costo de desarrollo y adaptar su mecánica a las nuevas reglamentaciones.
De esta manera, la diferencia de precios entre su equivalente eléctrico, el ID.3, podría ser mínima y hasta muy poco competitiva o conveniente. Si esto afecta a un producto del segmento C con el nivel de ventas y prestigio del Golf, más aún a vehículos de categorías inferiores como el Polo, que enfrenta una mayor dificultad para absorber los costos de desarrollo. En ese sentido, el hatchback chico también podría tener los días contados, considerando también que Audi ya confirmó que el A1 y el Q2 –que comparten la plataforma MQB- serán discontinuados.
Más allá de esta advertencia, la continuidad del Golf por los próximos años sí está asegurada: Schäfer confirmó que la marca está trabajando en una actualización de media que sería presentada entre 2023 y 2024 y que permitirá a la octava generación seguir en el mercado tres o cuatro años más. El CEO también explicó que para asegurar la amortización de los gastos o al menos justificar el desarrollo de un producto, el mismo debe tener un ciclo de vida de 7 a 8 años y en el caso de la hipotética novena generación tendría un ciclo comercial mucho más corto ya que la compañía se plantea electrificar toda su gama para 2030 e incluso la Unión Europea ya puso fecha final para los motores de combustión en 2035.
¿Qué pasará con el Golf? Schäfer indicó que la decisión definitiva sobre el desarrollo de una novena generación será tomada en los próximos 12 meses. De concretarse, el final del icónico hatchback podría darse coincidiendo con la despedida de los motores de combustión, marcando así el fin de una era.