BMW eligió una estrategia que si bien despierta las críticas de los más puristas, parece darle muy buenos resultados: diseños realmente osados y llamativos, lejos de la sobriedad tradicional de la compañía, resaltando la deportividad. Los primeros pasos los dio con la enorme parrilla del Serie 4 y continuó con el futurista iX, el nuevo Serie 7 y ahora sigue con el XM, un SUV que apunta a competir con rivales de la talla del Porsche Cayenne, Lamborghini Urus y hasta la Ferrari Purosangue.
La firma de Munich no quiere dejar nada librado al azar y el XM así lo demuestra, combinando lujo y tecnología con prestaciones que realmente impresionan, más aún si tenemos en cuenta su imponente porte y peso de más de 2.700 kilos. Desarrollado íntegramente por la división Motorsport y producido en la planta estadounidense de Spartanburg –siendo este uno de los principales mercados a los que apunta-, la versión definitiva del SUV no pasa desapercibida ya que luce prácticamente idéntico al concept que lo anticipó. El XM se destaca por sus trazos rectos y marcados, con aristas por doquier. El protagonismo en el sector frontal se lo llevan los sobredimensionados riñones que identifican a la marca y que cuentan con el contorno iluminado. Las luces diurnas de Led son pequeñas y rasgadas de formato triangular, mientras que los faros principales se ubican más abajo y están ocultos bajo la máscara negra que ocupa gran parte del paragolpes. Acompañan a la enorme parrilla un largo capot con las nervaduras bien marcadas, adelantando el poderío de su motor.
De perfil no hay similitudes con otros productos de la firma de Munich ya que deja de lado las líneas redondeadas o el icónico arco Hofmeister: sus trazos son completamente rectos y sobresalen los hombros y los pasarruedas, imprimiéndole mayor dinamismo a un vehículo que tiene dimensiones bastante parecidas a las de un X7 (mide 5.110 mm de largo, 2.005 mm de ancho, 1.755 mm de alto y posee una distancia entre ejes de 3.105 mm). Mención aparte para las también enormes llantas de aleación de 23 pulgadas, calzadas con neumáticos de bajo perfil con detalles en dorado, tono presente en el marco de la parrilla y un aplique que comienza en el marco de las ventanillas y se extiende sobre las puertas.
Por último, la parte trasera también es diferente a la de otros BMW, con un remate que busca asemejarse al de una coupé pero no tan inclinado como en el X6. Los faros son finos y alargados, de aspecto tridimensional e invaden parte del pasarruedas y del portón. Completa el conjunto el enorme difusor con cuatro salidas de escape, en este caso ubicadas en formato vertical.
El interior también toma distancia de otros SUV’s de BMW y se acerca más al del iX, con formas más tridimensionales y el enorme BMW Curved Display, compuesto por dos pantallas, una para el instrumental y otra para el sistema multimedia. La compañía trabajó también en la combinación de tonos y materiales, con muchos detalles en aluminio, cuero y alcántara. Dispone además de la mayor cantidad de sistemas de asistencias a la conducción que ofrece actualmente la marca y más de 100 Led’s que producen diversos efectos de luz según el modo de conducción seleccionado.
En cuanto a su mecánica, finalmente se supo la configuración: tal como se preveía, parte del V8 TwinPower Turbo de 4.4 litros, pero en todos los casos se combinará con un sistema híbrido enchufable. De serie, entre el motor de combustión y el eléctrico, entregan una potencia de 653 CV y 800 Nm de par, acoplado a una caja automática Steptronic Sport de 8 velocidades y tracción integral xDrive. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 4,3 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h (que se puede elevar a 270 km/h según el limitador), pero eso no es todo, ya que también puede recorrer hasta 88 kilómetros en modo 100% eléctrico gracias a un paquete de baterías de iones de litio de 29,5 kWh de capacidad.
Por otra parte, hacia mediados del año que viene se sumará la versión Red Label, que lleva la potencia hasta los 748 CV y el torque a unos impresionantes 1.000 Nm. Claro que todo esto tendrá su costo: en Estados Unidos su precio se ubicará entre los U$S 159.000 y U$S 185.000, sin contar opcionales. Su llegada a nuestro país aún no fue definida.
