A pesar de sus años, el Charger mantiene excelentes niveles de venta en América del Norte, superando incluso a rivales más modernos gracias a sus dos pilares principales además de la performance de sus motores: la versatilidad de ser el único muscle car de 4 puertas y una acertada estrategia de actualizaciones constantes y siempre con un guiño histórico. Pero el final de esta generación, inevitablemente, está cerca: desde Stellantis ya anticiparon que ocurriría en 2024 cuando sería reemplazado, muy probablemente, por un deportivo 100% eléctrico que ayudaría a Dodge a resurgir. Y parece que la compañía dio una nueva pista del muscle car eléctrico.
Durante una presentación de Stellantis, sus directivos dejaron ver en la pantalla una “misteriosa” silueta que podría ser la del futuro Dodge Charger. Observándola detenidamente, el formato se acerca bastante al del muscle car, especialmente las marcadas líneas de los laterales y en la parte delantera. Como diferencia, se destaca un perfil más estilo fastback y algunas líneas más redondeadas, en lugar de los trazos rectos del actual. Lo que no deja lugar a dudas de su sistema de propulsión es lo que sí se puede ver claramente en la imagen: una plataforma de un vehículo eléctrico con motores en ambos ejes y el paquete de baterías ubicado en el piso. Esta es, precisamente, la configuración que la marca adelantó cuando anunció el desarrollo de un muscle car eléctrico y del que hasta ahora sólo se conocían dos teasers que mostraban parte del sector frontal y que recuperaba el antiguo logo triangular Fratzog.
Otra coincidencia, es que sus características coinciden con las de la futura plataforma STLA Large, que ofrecerá niveles de potencia de 500 a 600 CV pudiendo llegar incluso a 800, con una autonomía que debería rondar los 800 kilómetros: será una de las arquitecturas más avanzadas y capaces de la compañía, destinada a grandes SUV’s o en este caso, a los icónicos muscle cars que deberán reinventarse para sobrevivir en los próximos años.
Oficialmente, lo que sabemos hasta ahora es lo que Tim Kuniskis, CEO de Dodge adelantó a la revista estadounidense Motor Trend. Para dejar contentos a los clientes tradicionales y a los que quieren dar el paso a la electrificación, se implementará una estrategia denominada Never Lift: en los próximos 24 meses –o dos años-, la marca develará tres nuevos vehículos que apuntarán a cada tipo de público. En 2024, los actuales Challenger y Charger serán reemplazados por sendos productos desarrollados sobre una nueva plataforma, aunque podrían conservar su nombre.
La tercera novedad abrirá las puertas de la electrificación: será un híbrido enchufable, cuyo inicio de producción está previsto para fines de 2022. En ese sentido, muchos apuntan a que sería una nueva generación del Durango, considerando que el SUV está desarrollado sobre la antigua plataforma del Jeep Grand Cherokee y lo lógico sería que pronto reciba la nueva arquitectura del modelo de las siete barras. Volviendo a los muscle cars, el directivo afirmó: “Estos autos que conoces hoy saldrán de producción para cuando lleguemos al 2024. No puedo dar la fecha exacta de su desaparición, pero todavía habrá unidades en el inventario de los concesionarios”. Sobre la transición, agregó: “Estoy haciendo malabarismos con cuchillos porque tengo que mantener felices a dos facciones enormes y diferentes porque en algún momento esas dos facciones convergerán. El problema es que nadie sabe cuándo será. Mi trabajo es brindar confianza durante los próximos 24 meses que vamos a llevar a cabo este plan”.
