Es el modelo más representativo de Fiat y por casi 20 años logró mantener un muy buen nivel de ventas, siempre impulsado por su atractivo diseño, reducidas dimensiones y una gama que, sin sufrir alteraciones muy profundas, se iba actualizando con series especiales y algunas mejoras. Sin embargo, esas actualizaciones ya no eran suficientes y el 500 con motor de combustión ya no era compatible con las normativas europeas y obligaron a la marca a que su producción sea discotinuada.
Sí, el Cinquecento “clásico” y que hasta hace poco se comercializaba en nuestro país dejó de fabricarse en la planta polaca de Tychy –ahora responsable de la fabricación del Fiat 600e, Jeep Avenger y Alfa Romeo Junior-, por lo que en el Viejo Continente sólo se mantendrá a la venta su nueva generación 100% eléctrica, el 500e.
Era prácticamente la crónica de un final anunciado y es que, aunque a pesar de sus años el pequeño hatchback se seguía vendiendo muy bien, no cumple con los requisitos de seguridad obligatorios –como los sistemas de asistencia a la conducción- y tampoco los de seguridad informática. Adaptarlo requeriría una inversión considerable que no se justificaba, por lo que la decisión fue finalizar su producción. Eso sí, no es su despedida definitiva ya que seguirá fabricándose a un par de miles de kilómetros de allí: el 500 será producido en Argelia, aunque sólo para algunos mercados, lejos de las exigentes normativas europeas.
Con su salida del line-up, Fiat se enfrenta a un problema bastante importante, no tiene cómo reemplazarlo y, tome la decisión que tome, dejará un hueco durante varios meses debido a que el nuevo Panda –que podría sustituirlo parcialmente- recién llegará a los concesionarios a principios de 2025. Su reemplazo directo, casi confirmado, será una versión con motor de combustión del 500e pero que aún no comenzó a desarrollarse y tomará años ya que es un proceso inverso al habitual, al convertir un vehículo eléctrico a uno de combustión.
Tal como lo anticipamos en otro artículo, el problema son una vez más, los costos, ya que adaptar una plataforma que nació exclusivamente para vehículos eléctricos a que pueda funcionar con un propulsor térmico también llevará su tiempo y recursos. Se baraja la posibilidad de que el 500 sume una nueva versión mild-hybrid, cuyas características aún se desconocen, pero la compañía podría aprovechar las mecánicas ya existentes dentro del Grupo Stellantis como las que utilizan el Jeep Avenger o el Fiat 600. Para amortizar esa inversión, deberá vender unas 100.000 unidades anuales, el objetivo que la marca tenía inicialmente para el citycar eléctrico.
Al respecto, el propio Olivier Francois, CEO de Fiat, reconoció recientemente: “Puedo confirmar que estamos trabajando en ello y es un tema que personalmente me importa mucho. La cuestión no está cerrada, la producción del 500 híbrido en Polonia ha finalizado y estamos trabajando para construir un nuevo 500 híbrido en Turín junto con la variante 100% eléctrica, pero hay que hacer una inversión importante porque la plataforma del 500 eléctrico requiere modificaciones importantes para acomodar un motor de combustión”.