Generación tras generación, la división M de BMW logra que sus productos que ya se destacaban por sus prestaciones, impresiones aún más. Ese es el caso de los más tradicionales M3 y M5, pero también se aplica en su gama de SUV’s. Lejos quedaron los 360 CV de la primera generación del X5 M, ahora la potencia se incrementó hasta unos bestiales 625 CV disponibles tanto para el X5 como para su derivado con estética de coupé, el X6.
Meses antes de su presentación prevista para el Salón de Los Ángeles, la firma de Munich develó las variantes más prestacionales del X5 y el X6, como así también sus versiones Competition, todavía más extremas.
Comenzando por el diseño, en el caso del X5 se destaca el nuevo paragolpes frontal, con enormes tomas de aire, tanto central como las de los extremos, y una nueva e imponente parrilla con barras dobles en color negro. De perfil sobresalen las también sobredimensionadas llantas de aleación de 21 pulgadas en el eje delantero y de 22 pulgadas en el eje posterior, mientras que en la parte trasera, el remate deportivo está logrado por el paragolpes con cuatro salidas de escape y difusor.
Para el X6, la receta es bastante similar: se rediseñó el paragolpes delantero con tomas de aire de mayor tamaño y ofrece también llantas de 21 y 22 pulgadas en ambos ejes.
Puertas adentro, si bien mantiene detalles que reflejan su cuidado refinamiento, como el tapizado y revestimientos bitono, el ambiente más sport lo aportan los apliques en aluminio cepillado y fibra de carbono. Tampoco falta la tecnología, presente con el instrumental digital configurable (BMW live cockpit profesional), la enorme pantalla del sistema multimedia o el head up display. Adicionalmente, las versiones M agregan funciones específicas que permiten ajustar la dureza de la suspensión, diversos parámetros del motor, el diferencial M y los sistemas de asistencia a la conducción a través del M Mode.
Obviamente, lo más importante está debajo del capot: una nueva evolución del ya conocido V8 TwinPower Turbo naftero de 4.4 litros que eleva su potencia en 25 CV más respecto a su antecesor, pasando a los 600 CV en el caso de las versiones M y a 625 CV para las versiones Competition, con un torque de 750 Nm en ambas variantes. La transmisión corre por cuenta de la caja automática Steptronic de 8 velocidades y del sistema de tracción integral xDrive con diferencial trasero activo.
Con estas cifras, logran una performance igual de impresionante: aceleran de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos en las versiones M y en 3,8 segundos en las Competition. La velocidad máxima está limitada a 250 km/h pero puede solicitarse el M Driver’s Package que la lleva a 290 km/h.
Adicionalmente, también dispone de ajustes de chasis y suspensión específicos desarrollados por la división M, con suspensión adaptativa y amortiguadores con control electrónico, así como frenos de alto rendimiento BMW Compound.
A pesar de que el X5 y X6 M serán presentados a finales de este año, recién llegarán a los concesionarios a principios de mayo de 2020.