El segmento de las pick ups compactas está atrayendo a muchas marcas bajo un mismo concepto: una camioneta desarrollada a partir de la plataforma de un SUV con carrocería monocasco, una capacidad de carga bastante razonable pero menos robustez que una pick up mediana, apuntando a un mayor confort de marcha, similar al de un auto. La Fiat Toro y la Renault Duster Oroch fueron pioneras en nuestra región y a ellas ahora se les sumó la Ford Maverick y más adelante lo harán otros productos de Chevrolet y Volkswagen. En América del Norte existe otra opción, una de la que mucho se habló durante estos años hasta que finalmente fue presentada y está logrando muy buenos niveles de venta: la Hyundai Santa Cruz.
Aún con dudas sobre su llegada a nuestra región debido a que, al ser extrazona –se fabrica en Estados Unidos- no lograría un precio competitivo, la aparición de una unidad causó sorpresa y expectativas en Brasil: una unidad fue fotografiada mientras estaba siendo trasladada en un camión mosquito, casualmente junto a algunas unidades de la Ford Maverick. ¿Será una unidad traída por Hyundai para ser probada en el país vecino? No hay confirmación oficial aunque nuestros colegas del país vecino plantean otra posibilidad: una importación particular, ya que contaba con una patente provisoria similar a la que utilizan los concesionarios estadounidenses.
Desarrollada sobre la plataforma de la Tucson, el sector frontal se caracteriza por una enorme parrilla –similar a la del SUV- junto con las luces de circulación diurna incorporadas a la parrilla y los faros principales en el paragolpes. De perfil, su diseño se muestra más estilizado que en otras pick ups, con una línea de cintura ascendente que será una de sus principales características diferenciales. Se destacan los trazos marcados y angulosos junto con las llantas de aleación diamantadas de generoso diámetro. Por último, en la parte trasera llaman la atención los faros con una firma luminosa en forma de flecha y el portón de la caja de carga con la leyenda Santa Cruz estampada a lo ancho.
Puertas adentro también se nota su parentesco con la Tucson, ya que comparte con ella el tablero: en lugar de las líneas angulosas de la carrocería, el interior sobresale por su simplicidad y minimalismo, aunque con un importante despliegue tecnológico. El instrumental convencional fue dejado de lado por una pantalla tipo tablet, configurable por el conductor. Otro detalle llamativo es la consola central que separa el área del conductor de la del pasajero: cuenta con una enorme pantalla táctil desde la que se opera el sistema multimedia y por debajo se ubican los mandos de la climatización, también completamente táctiles eliminando los comandos físicos. En cuanto a seguridad, dispone de frenado autónomo de emergencia con detector de peatones y ciclistas, alerta de cambio de carril involuntario y detector de fatiga. Adicionalmente, podrá incorporar como opcional el alerta de punto ciego, de tráfico cruzado, asistente de mantenimiento de carril con corrección de la dirección y control de velocidad crucero adaptativo.
Mecánicamente, la Santa Cruz está disponible con dos motorizaciones nafteras de cuatro cilindros en el mercado norteamericano: un 2.5 (aspirado, con inyección directa) de 190 CV y 24,9 kgm de torque, asociado a una caja automática de 8 velocidades; y un 2.5 turbo de unos 275 CV y 42,9 kgm de par, en este caso, acoplado a una caja automática de doble embrague y 8 marchas. En ambas variantes, el sistema de tracción es integral con modos de conducción HTRAC, que distribuye la potencia y el torque en cada eje según la demanda.
Tal como señalamos anteriormente, la marca coreana aún no confirmó su arribo, sólo aclararon que está en estudio y que dependerá de si pueden ofrecer un precio competitivo, algo que vemos bastante complicado. Entonces, debemos coincidir con nuestros colegas: simplemente, se trataría de una importación particular.