La Kona fue un modelo muy rupturista desde su aparición en el mercado hace ya varios años y Hyundai plantea lo mismo para esta segunda generación e incluso ir un paso más allá, ya que apuesta más fuertemente por la electrificación: en Europa sólo está disponible en versiones híbridas y 100% eléctricas. Precisamente esta última es la que acaba de incorporarse a la línea de producción de la planta de Nosovice en República Checa, desde donde se exportará a todo el Viejo Continente.
Las expectativas de la firma surcoreana por las variantes eléctricas son muy importantes, ya que espera producir 21.000 unidades en lo que resta de este año y llegar a 50.000 unidades en 2024, convirtiéndose así en uno de los principales productos de la compañía en el mercado europeo y en el complejo industrial checo, donde también se fabrican el Tucson y el i30 en todas sus versiones. El inicio de producción del B-SUV cero emisiones también anticipa su inminente llegada a los concesionarios: estará disponible a partir de octubre.
La segunda generación de la Kona fue presentada a principios de año. Comenzando por su diseño, su imagen es más agresiva y futurista. El sector frontal está inspirado en el Staria, con una firma de Led que recorre todo el frente, una gran toma de aire de formato trapezoidal en el paragolpes y los faros principales ubicados en los extremos, como una extensión de las protecciones plásticas de los bajos de la carrocería. Si bien mantiene las proporciones de su antecesor, dejará algo de lado las líneas curvas por trazos más marcados y rectos, detalles que se observan en su perfil.
Puertas adentro, la segunda generación refleja una evolución total respecto al modelo que se comercializa en nuestro mercado, con un interior cargado de tecnología y un nivel de terminaciones y materiales de nivel Premium. En primer lugar, se destaca su tecnología, representada por las dos enormes pantallas de 12,3” cada una, unidas entre sí para el instrumental y el sistema multimedia, con actualizaciones a distancia OTA. El diseño del tablero es de un estilo más tridimensional y por debajo se ubican las salidas de aire y los mandos de la climatización. A pesar de su despliegue tecnológico, afortunadamente mantiene los mandos físicos para acceder a todas las funciones, algo que se agradece al ser siempre más intuitivos que cualquier comando táctil. El volante también es completamente nuevo, con tres rayos y comandos multifunción.
Otro detalle a destacar es el uso de tonos claros en los plásticos y revestimientos –según la versión, ya que en la variante N-Line son de color negro-, que además de darle una imagen más elegante y refinada, también contribuyen a brindar una mayor sensación de espacio y luminosidad. La Kona siempre se destacó por su equipamiento de seguridad y esta segunda generación no será la excepción ya que cuenta con un completo paquete de sistemas de asistencias a la conducción con ítems como Asistente para evitar colisiones frontales, Asistente de mantenimiento en carril, Monitorización y asistente para evitar colisiones en puntos ciegos, Advertencia de salida segura, Asistente inteligente de límite de velocidad, Advertencia de atención del conductor, Asistente de luces altas (HBA), Control de velocidad crucero inteligente basado en navegación, Asistente de seguimiento de carril, Asistente de conducción en autopista, Monitor de vista envolvente, Asistente de tráfico cruzado trasero, Advertencia de distancia de estacionamiento hacia adelante, lateral y reversa, Asistente de prevención de colisiones de estacionamiento y Asistente de estacionamiento inteligente remoto.
Mecánicamente, en el caso de las versiones eléctricas, se ofrecen dos alternativas: una con 156 CV (114 kW) y 255 Nm de par alimentada por un paquete de baterías de 48,4 kWh que le otorgará una autonomía de 377 kilómetros o la más potente, de 218 CV y 255 Nm de torque, en este caso con una batería de 65,4 kWh y una autonomía de 683 kilómetros según el ciclo WLTP. Ambas son de tracción delantera y disponen de un cargador de a bordo de 11 kW que permite recargar el 80% en apenas 41 minutos, así como también del sistema de frenado regenerativo y el i-Pedal, con el que se puede conducir utilizando un solo pedal, regulando automáticamente el frenado en función del flujo de tránsito.
Quiero una pero electrónica para Venezuela no creo tiene que ser a gasolina y aquí los precios de verdad son inalcanzable