Latin NCAP será más exigente: el protocolo de 2026 obligará a incorporar más tecnología y protección a peatones para lograr las 5 estrellas

Latin NCAP anunció una actualización profunda de sus protocolos de evaluación de seguridad, que comenzará a aplicarse a partir de 2026 y se extenderá hasta 2029. El organismo busca alinear sus estándares con los de otros programas NCAP del mundo, elevando el nivel de exigencia y modernizando los criterios con los que se mide la protección de los vehículos nuevos comercializados en América Latina y el Caribe.
La novedad más importante es que las valoraciones dejarán de centrarse únicamente en la biomecánica del impacto para avanzar hacia un enfoque más integral. La prevención activa de siniestros, la monitorización del conductor y la gestión posterior a un accidente pasarán a tener un rol protagónico. Esto obligará a los fabricantes a acelerar la incorporación de paquetes de asistencias electrónicas más completos, aunque con el desafío de mantener precios competitivos en un mercado sensible a los costos.
En este contexto, Latin NCAP estableció porcentajes mínimos de presencia de tecnologías en el total de ventas de cada modelo, lo que endurece el acceso a la máxima calificación de cinco estrellas. Por ejemplo, el frenado autónomo de emergencia (AEB) para choques entre vehículos, peatones y ciclistas deberá estar presente en el 70% del volumen total de ventas y ofrecerse también como opcional individual. En la misma proporción y bajo la misma condición, se exigirá el sistema de soporte (mantenimiento) de carril (LSS).
Otros dispositivos tendrán objetivos de cobertura específicas: el asistente inteligente de velocidad (ISA) deberá incluirse en al menos 50% del volumen de ventas, al igual que la detección de presencia de niños (CPD) y el monitoreo del conductor (DMS). En tanto, el sistema eCall -que realiza llamadas automáticas de emergencia tras un accidente- deberá estar en el 30% de las unidades vendidas y disponible como opción individual.
Junto con estos requisitos, las pruebas dinámicas también evolucionarán. Se implementarán evaluaciones de impacto lateral más realistas, con especial atención a la protección de los ocupantes en las plazas traseras. Además, los ensayos de seguridad infantil incorporarán maniquíes que representen a niños de mayor edad, ampliando el espectro de protección evaluado.
En lo que respecta a peatones y ciclistas, el paradigma cambiará de “lesionar menos” a “evitar la colisión”. Esto refuerza la relevancia de los sistemas de asistencia a la conducción, que serán valorados de manera más estricta: cuanto más completos y efectivos sean, mayor será la puntuación.
Con este nuevo protocolo, Latin NCAP apunta a seguir mejorando el nivel de seguridad de los vehículos comercializados en América Latina y seguir recortando las diferencias con otros mercados como Europa o Asia. El desafío estará en cómo los fabricantes incorporarán estas tecnologías sin encarecer de manera significativa el precio final de los autos.