El Golf es por lejos el modelo contemporáneo más representativo de Volkswagen y por supuesto tiene su continuidad asegurada de cara al futuro en la era electrificada que se viene y está prácticamente confirmado que la novena generación será 100% eléctrica. Sin embargo, al actual aún le quedan varios años por delante y parece que muchos más de los previstos inicialmente.
Con actualización introducida este año, la octava generación está lista para afrontar los próximos años hasta 2026 cuando llegaría su sucesor. Hasta ahí, todo lo que se sabía hasta el momento, pero ahora habría surgido un cambio de planes para estirar mucho más su ciclo comercial. Tal como ocurrirá con la Porsche Cayenne que recientemente se confirmó que la nueva generación 100% eléctrica convivirá con la actual con motores de combustión, lo mismo sucedería con el Golf. Debido a que la demanda de vehículos eléctricos bajó considerablemente y, en contraste, los vehículos con motor de combustión siguen manteniendo buenas cifras de ventas, la idea de la firma de Wolfsburg es prolongar la vida útil de su icónico hatchback y que ambas generaciones convivan.
La estrategia, tal como señalamos anteriormente, es similar a la de Porsche y otras marcas que también consideran replicar para no dejar descubierta esa importante porción del mercado que sigue prefiriendo los sistemas de propulsión tradicionales o híbridos, más aún ante la amenaza que representan los fabricantes chinos que poco a poco van ganando participación.
Así lo anticipó Kai Grünitz, encargado de la división de desarrollo técnico de la marca en una entrevista con la versión holandesa de la revista Top Gear, que explicó que el actual Golf puede mantenerse en el line up hasta 2035, año en el que la Unión Europea prohibiría la producción de vehículos con motores que utilicen combustibles fósiles o contaminantes.
Para Grünitz, a pesar de que la plataforma MQB fue introducida en 2012, fue recibiendo varias actualizaciones hasta la que se utiliza actualmente y que representa “la perfección MQB”, por lo que no hay razones para desarrollar una nueva arquitectura, lo que sí representaría un enorme costo considerando que tendrá una vida útil muy corta. La solución entonces sería seguir sumando mejoras en tecnología, eficiencia y control de emisiones, sumado por supuesto a un nuevo facelift que le permitirá al Golf VIII mantenerse al día frente a sus competidores y poder resistir el paso del tiempo. De confirmarse, sería una de las generaciones del hatchback más longevas. El paso del tiempo dará la respuesta.