Cuando todo parecía ir inevitablemente hacia la electrificación –y lo hará, tarde o temprano-, Ferrari da un soplo de aire fresco y renueva las esperanzas de los más puristas con un auténtico homenaje a su historia y a los V12: la nueva 12Cilindri (se lee Dodici Cilindri o “dódichi chilindri” como sería su pronunciación), un nombre muy peculiar pero que hace una clara referencia a su motor, de aspiración natural, sin turbos ni ningún tipo de electrificación.
Antes de conocer su mecánica, lo primero que llama la atención es su diseño. El sector frontal es un claro homenaje a la 365 GTB Daytona de fines de la década del 60 y esa reinterpretación está muy bien lograda, combinando el formato del modelo original con un estilo moderno y muy tecnológico, con una infaltable firma de Led junto con un aplique de color negro que une a los faros y le aporte un toque de elegancia. Por debajo, las grandes tomas de aire con un marco de fibra de carbono. Toda la carrocería luce superficies limpias, sólo con algunas líneas y músculos que le aportan mayor dinamismo, dando forma así a la típica silueta de las coupés de Ferrari, con un largo capot y el habitáculo tirado hacia atrás. Otra gran solución es el remate posterior, con una suerte de cúpula que une la luneta con los laterales y la tapa de baúl, con partes del color de la carrocería y otras en negro.
Puertas adentro transmite una gran sensación de deportividad y tecnología, con el protagonismo de tres pantallas, una para el instrumental, otra para el sistema multimedia y otra para el pasajero. El tablero tiene un diseño casi simétrico, con un sector para el conductor y otro para el acompañante, flanqueado por las salidas de aire. Mención aparte para las butacas, con estructura de fibra de carbono y un diseño envolvente.
Claro que la estrella del conjunto es su motor: estrena la última evolución del V12 de la firma de Maranello, de 6.5 litros, con nuevas bielas de titanio y pistones de aleación de aluminio. Desarrolla 830 CV y 678 Nm de par, pudiendo alcanzar las 9.500 rpm y entregar el 80% del par a sólo 2.500 vueltas. Toda su potencia se transmite a las ruedas traseras a través de una caja automática de doble embrague de 8 velocidades, proveniente del SF90 Stradale. Así, puede acelerar de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos y alcanzar los 340 km/h de velocidad máxima.
Creada como sucesora de la 812 Superfast, la marca italiana dio a entender que su producción será bastante limitada. Su presentación se dio en la previa del GP de Miami, tanto en versión coupé como Spider, ambas con las mismas prestaciones. Su llegada a las calles está prevista para finales del primer trimestre de 2025, con un precio igual de exclusivo: desde 395.000 euros.
