El Gol es para Brasil y para nuestra región, lo que su hermano mayor, el Golf, representa para Europa: un ícono que trasciende años y generaciones y que al día de hoy logra mantenerse vigente frente a sus numerosos competidores, permaneciendo casi imperturbable en el top ten de ventas. Tal es su demanda, que el pequeño hatchback de Volkswagen alcanzó las 8 millones de unidades producidas, convirtiéndose en el auto más popular en su Brasil natal.
La unidad que marcó este hito es un Gol Track de color blanco, fabricado en la planta industrial de Taubaté (San Pablo), desde donde sale de la línea de montaje un Gol por minuto. Cabe destacar que allí también se producen el Voyage y el Up! y que este modelo también se fabrica en la planta de São Bernardo do Campo, junto con la pick up Saveiro.
Como datos curiosos, según la OICA, una organización internacional que agrupa a los fabricantes de automóviles, los 8 millones de Gol producidos se corresponden con el total del parque automotor de países como Holanda y Tailandia. Y si se estacionaran uno al lado del otro, alcanzarían para dar una vuelta completa al mundo.
En sus 27 años de historia en el vecino país, el Gol fue pionero en varios aspectos: fue el primer automóvil brasileño en contar con inyección electrónica (en el GTI de 1988), el primero con motor de 1.0 litro y 16 válvulas (1997), el primero con motor 1.0 turboalimentado (2000), el primero con motor flex (Gol Total Flex 1.6 lanzado en 2003) y el primero en equipar el 1.0 Flex, en 2005. En la Argentina el Volkswagen Gol fue el vehículo más vendidos por 13 años.
Pero con la inminente llegada del nuevo Polo (ver nota), se abre un interrogante, ¿Qué pasará con el Gol a largo plazo? ¿Tendrá un reemplazante? La filial brasileña de Volkswagen ya se lo debe estar planteando y, seguramente, dentro de poco sabremos las respuestas.