El Mirai fue desde su origen un vehículo realmente innovador y revolucionario, uno de los primeros intentos de popularizar el hidrógeno como combustible alternativo y una clara muestra de que esto es completamente posible. A pesar de sus ventas casi testimoniales, debido principalmente a que se comercializa en muy pocos mercados y que no hay una red de infraestructura desarrollada para su recarga, Toyota no sólo lo mantiene a la venta en países de Asia y Europa, sino que sigue mejorándolo. Ahora, la berlina FCEV sumó más tecnología y sistemas de seguridad, manteniendo su eficiente mecánica.
No hay que esperar cambios a nivel estético, las novedades se encuentran en el interior y en el listado de equipamiento: entre lo más importante, el Mirai recibió una actualización del paquete de sistemas de asistencias la conducción Toyota Safety Sense, que ahora dispone de asistente activo de emergencia a la dirección, que permite detectar, esquivar obstáculos y cambiar de carril de manera autónoma. Asimismo, el alerta de tráfico cruzado delantero, emite una alerta cuando detecta vehículos aproximándose por los costados o las esquinas cuando se produce una incorporación al carril, y muestra el sentido en que estos se acercan en el Head-Up Display.
Por su parte, el asistente de cambio de carril ahora funciona mientras el control de crucero adaptativo inteligente y el asistente de mantenimiento de carril están activados. Bajo estas circunstancias, al accionar la palanca del intermitente, este sistema se encargará de accionar la dirección para realizar el cambio de carril de forma autónoma. Otra novedad es que el detector de fatiga por cámara es ahora capaz de determinar si el estado del conductor no es adecuado para la conducción.
Además de las mejoras en seguridad, la firma nipona también introdujo actualizaciones en conectividad: el sedán equipa el nuevo sistema multimedia Toyota Smart Connect+, con una nueva pantalla táctil de 12,3”, compatible con Android Auto y Apple CarPlay, con navegador en la nube que se actualiza constantemente y un equipo de sonido firmado por JBL.
Tal como señalamos anteriormente, no hay cambios en su mecánica. Básicamente, bajo el capot cuenta con una suerte de usina: cuando circula, el vehículo absorbe el aire, que pasa por una serie de filtros y mezcla el óxigeno con el hidrógeno almacenado en los tanques, así produce la energía necesaria para recargar las baterías que alimentan al motor eléctrico. El único “desecho” que se genera de este proceso es agua, que se elimina en forma de vapor por el escape o en forma líquida por un desagote. El motor eléctrico desarrolla 182 CV y 300 Nm de par, transmitido a las ruedas traseras. Con una carga completa puede lograr una autonomía homologada de 650 kilómetros.