Finalmente, con las presentaciones que se vinieron dando en los últimos meses, MINI está terminando de completar su portfolio que ahora ofrece más opciones que nunca. Sí, aunque la gama se haya simplificado en variedad de siluetas, cada versión tiene una variante o equivalente con motor de combustión y una eléctrica, que es a lo que apuntaba la compañía. Algunas semanas después del JCW Electric, llegó el turno del JCW con motor de combustión.
Disponible tanto en variante hatchback como descapotable, coronan la gama del modelo más tradicional de la firma británica. Como ya se sabe, la nueva generación del MINI Cooper de combustión es en realidad una profunda actualización del modelo actual, manteniendo la plataforma UKL pero evolucionada y gran parte de la carrocería, tal como ya lo adelantaban las unidades de prueba. Sí recibió algunos elementos tomados o inspirados en el Electric, como los faros delanteros, el remate posterior y los faros traseros buscando darle una continuidad al portfolio. Como toda versión JCW, se destaca por la parrilla frontal, las tomas de aire del paragolpes y los pasarruedas más abultados. Otra característica típica de esta versión es la salida de escape central y el prominente alerón ubicado sobre el portón.
Observándolo más minuciosamente, podemos encontrar elementos como las pinzas de freno de color rojo, las llantas de aleación de 18” y los faros traseros con tecnología Oled.
Puertas adentro, el tablero es similar al del JCW Electric, con un estilo mucho más minimalista y el protagonismo de la enorme y delgada pantalla circular en el centro, reduciendo al mínimo los mandos físicos. Mención aparte para las butacas con mayor agarre lateral, revestimientos en cuero y costuras rojas, decoración que también está presente en la plancha frontal del tablero y en los paneles de las puertas. La pantalla circular agrega animaciones específicas al igual que el sistema de iluminación ambiental.
Donde no hay cambios y, aunque la potencia es más que suficiente, hubiésemos esperado más novedades, es en su mecánica: el MINI John Cooper Works convencional mantiene el conocido motor 2.0 TwinPower Turbo de 231 CV, acoplado a una caja automática de doble embrague de 7 velocidades. Con este conjunto, la versión hatch puede acelerar de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos y el cabriolet, en 6,4 segundos. La velocidad máxima es de 250 y 245 km/h respectivamente:
Su llegada a los concesionarios europeos está prevista para los próximos meses, mientras que a Argentina debería arribar durante 2025.
