Citroën Méhari: el «caracol de plástico» que nació en tiempos de revolución y conquistó generaciones
Presentado en pleno Mayo Francés, el Citroën Méhari se convirtió en uno de los vehículos más singulares y queridos de la marca. Su historia comenzó el 16 de mayo de 1968, cuando la marca francesa reveló este atípico modelo en el campo de golf de Deauville, en medio de una Francia convulsionada por las protestas estudiantiles. Inspirado en una raza de camellos resistentes del norte de África -de ahí su nombre- el Méhari ofrecía una propuesta disruptiva, libre y versátil, que rápidamente caló hondo tanto en Europa como en América Latina.
Diseñado por Roland de La Poype sobre la plataforma del Dyane 6 y presentado oficialmente como Dyane 6 Méhari, este pequeño utilitario descapotable se destacaba por su liviana carrocería de plástico ABS (acrílico butadieno estireno), un material innovador para la época, moldeado en solo 11 piezas. Su principal ventaja: la facilidad de mantenimiento. Se podía limpiar con un simple chorro de agua y era insensible a la corrosión, un atributo que lo volvió ideal para climas costeros y zonas rurales.
Mecánicamente, las primeras unidades equipaban un motor bóxer bicilíndrico refrigerado por aire de 28 CV -que luego aumentó hasta 32 CV-, asociado a una caja manual de 4 marchas. Su peso reducido le permitía una buena agilidad, mientras que su capacidad de carga alcanzaba los 400 kilos. Más adelante, en 1979, se sumó una versión 4×4, con frenos traseros en el diferencial trasero, un esquema que reproducía la arquitectura del eje delantero y le otorgaba verdaderas aptitudes off road.
Durante sus casi dos décadas de producción -que se extendió hasta 1987- se fabricaron alrededor de 150.000 unidades, de las cuales 11.457 fueron destinadas al ejército francés, que lo empleó activamente entre 1972 y 1987. También fue ampliamente utilizado por organismos públicos, comerciantes, artesanos y particulares, tanto en tareas urbanas como rurales. En 1980, incluso participó del Rally París-Dakar brindando asistencia médica con una flota de diez Méhari 4×4, consolidando su imagen de vehículo rústico y confiable.
Fabricado principalmente en la planta belga de Forest, también se produjo en otras siete fábricas en Francia, España y Portugal. Curiosamente, en Europa, solo existieron tres versiones distintas, entre ellas dos ediciones especiales lanzadas en 1983: el Méhari Plage, de color amarillo, destinado a España y Portugal, y el Méhari Azur, con una estética costera, limitado a 700 unidades comercializadas.
Mención aparte para nuestro país: en Argentina, el Mehari fue producido entre 1971 y 1980 por Citroën Argentina S.A. con mecánica y plataforma del 3CV, alcanzando un total de 3.997 unidades construidas. Luego, en 1984, IES (Industrias Ernesto Sal Lari) retomó la fabricación durante dos años, rebautizado como Safari. Hoy, a pesar de los años que pasaron, su silueta sigue siendo habitual en la playa, donde aún circulan muchas unidades en excelente estado de conservación.
Fácil de reparar, económico de mantener, y con una personalidad única, el “caracol de plástico” -como lo bautizaron algunos de sus fanáticos- fue mucho más que un utilitario: fue sinónimo de libertad, diversión y simplicidad.






















