
Más allá de su historia, el circuito alemán de Nürburgring es un ícono para las marcas y el público por su dificultad, lo largo y cambiante del trazado y es también el escenario perfecto tanto para pruebas de puesta a punto como para batir récords que tienen trascendencia global y que sirven como carta de presentación de cualquier deportivo. Hacia eso apunta Renault que, dejando atrás los tiempos en los que los recordados Mégane R.S. eran sus referentes, ahora apunta a demostrar las capacidades de su eléctrico más radical: el nuevo R5 Turbo 3E.
El prototipo 100% eléctrico que rinde homenaje al icónico hot-hatch de rally de los años 80, reinterpretado con un enfoque futurista y que tendrá una versión de producción muy limitada, se enfrentará al mítico Infierno Verde próximamente. En diálogo con la revista británica Auto Express, Fabrice Cambolive, CEO de Renault, confirmó que el modelo está en condiciones de completar dos vueltas consecutivas al trazado alemán a plena exigencia. Consultado sobre si sería capaz de marcar un tiempo por debajo de los siete minutos, el directivo respondió con cautela: “Lo comunicaremos en el momento indicado”.
Actualmente, el récord entre los eléctricos en Nürburgring pertenece al Xiaomi SU7 Ultra, con un registro de 7:04.957. Sin embargo, al contar con tracción total, se ubica en una categoría distinta. El objetivo real para el Renault 5 Turbo 3E son los eléctricos de tracción trasera más veloces: el Tesla Model S Plaid (7:35.579) y el Hyundai Ioniq 5 N (7:45.59).
Lejos de tratarse de un citycar eléctrico convencional, el 5 Turbo 3E fue desarrollado con criterios de alto rendimiento. Su chasis de aluminio reforzado con una estructura de carbono fue creado por Alpine, la división deportiva del Grupo Renault. Equipa dos motores eléctricos –uno por cada rueda trasera– que en conjunto entregan 540 CV y un impresionante torque de 4.800 Nm. Acelera de 0 a 100 km/h en menos de 3,5 segundos y alcanza los 270 km/h de velocidad máxima.
Más allá de estas cifras, el verdadero desafío para un EV pasa por la gestión térmica de las baterías, la resistencia de los frenos y la eficiencia en la recuperación de energía, especialmente en tramos revirados o con desniveles marcados. Una mala administración del calor o una frenada deficiente pueden comprometer seriamente el rendimiento vuelta a vuelta.
Si bien estos tiempos de vuelta no impactan en el uso diario de un vehículo, representan una vitrina técnica clave para los fabricantes. En ese sentido, superar a Tesla y Hyundai en Nürburgring le otorgaría a la firma del rombo un importante respaldo publicitario y simbólico, especialmente con un prototipo que revive el espíritu del 5 Turbo original. ¿Lo logrará? En algunos meses más, sabremos la respuesta.