En el primer día de actividad en el campamento en Tecnópolis, los hermanos Patronelli completaron la verificación técnica de sus cuatriciclos. Los pilotos de Las Flores regresan al Dakar después de tomarse un descanso en 2015, con la alianza fraternal renovada: Marcos ganó la competencia en 2010 y 2013, Alejandro lo hizo en 2011 y 2012 y entre los dos vencieron en 25 etapas.
“Se viene un Dakar duro. Vamos a encararlo de la mejor manera: el objetivo es terminarlo, no importa cómo. Son 10 mil kilómetros de carrera, no podemos pensar ahora en una victoria”, contó Marcos Patronelli en el espacio Red Bull Total Energy Station. “Vamos a ir a fondo pero usando bien la cabeza y con los ojos bien abiertos”, aseguró. En la previa de la carrera más difícil del mundo, una charla con los Patronelli sobre sus expectativas y objetivos:
-¿Cómo vivieron la edición pasada, en la que no estuvieron presentes?
Marcos: -Ya habíamos asumido que no íbamos a estar en 2015 y por eso lo tomamos como un descanso. No es que no lo corrimos porque no pudimos. Hicimos un paréntesis para descansar. Sí, lo extrañamos, pero hasta ahí nomás… Sino lo corrés porque no podés, sí te da lástima verlo desde afuera. Pero al tomarlo como un descanso fue algo diferente.
Alejandro: -Extrañamos un poco y por eso nos dieron ganas de volver… Marcos faltó un año y yo casi cuatro. Yo, sinceramente, llego con muchas ganas. Y Marquitos también. Además, la familia nos está apoyando.
-¿Cómo fue ser espectadores de una carrera que siempre los tuvo como protagonistas?
Marcos: –Vimos que el nivel conductivo es muy bueno. Ignacio Casale, Rafal Sonik y Lucas Bonetto van muy rápido. Sin dudas, son los más veloces de la categoría. Ellos crecen año a año porque no paran de competir ni un segundo, mientras que nosotros no nos dedicamos a correr durante la temporada. Por eso siempre le digo a Ale que ellos nos sacan diferencia porque avanzan y crecen; mientras que uno se queda. Por ahí hay cosas que las podríamos tener más desarrolladas y no las tenemos, pero es por la falta de tiempo para hacer pruebas.
Alejandro:– Desde 2012, que fue cuando yo dejé, hasta la actualidad hubo un cambio impresionante en los cuatriciclos y en los pilotos. Algunos muchachos tienen un gran nivel porque no paran de entrenar y de correr en todos los campeonatos que pueden. Nosotros, en cambio, tenemos que volver a tomarle el ritmo. Principalmente a la navegación. En ese aspecto, ellos largan con un poco de ventaja sobre nosotros…
-Desde afuera siempre pareció como que ustedes tenían un plus sobre el resto…
Alejandro: -Sí, efectivamente. Pero ese plus lo teníamos porque cuando llegamos al Dakar hacían quince años que no nos bajábamos del cuatriciclo. Teníamos un gran ritmo, que esperamos volver a conseguir con una estrategia basada en tirar juntos lo más que se pueda. Si ellos son superiores no nos vamos a romper la cabeza para correrlos. Los correremos hasta donde podamos. Vamos a correr para llegar y para ganarle al Dakar. Con Marcos apuntamos a llegar. No hay misterios. Trataremos de repetir lo que siempre nos resultó.
Marcos: -Yo no veo un Dakar abierto. No será un Dakar con desierto, que es el lugar ideal para hacer grandes diferencias. Mi experiencia dice que las etapas de Chile y Perú siempre fueron para sacar ventaja; mientras que en los caminos de la Argentina nunca hicimos una gran diferencia de media hora o cuarenta minutos.
-¿Cómo tomaron la ausencia de Perú del recorrido?
Marcos: -Por un lado me dio lástima, pero está bueno que gran parte de la carrera se haga en la Argentina. Pero si lo pensás como carrera, Perú siempre estuvo bueno. Es todo desierto y vas a fondo. Además, en la arena es donde nosotros siempre marcamos la diferencia.
Alejandro: -Pero el terreno de este Dakar es para todos igual. Hasta ahora la suerte estuvo de nuestro lado, más allá de los dos abandonos de Marcos. Pero así es el Dakar: no le tenés que correr al que tenés al lado, le tenés que correr a la carrera.
– Los fanáticos de los Patronelli los quieren ver adelante, ¿cómo manejan esa presión?
Alejandro:- La presión la tienen el resto. Nosotros vamos a ayudarnos para tratar de hacer lo mejor posible. Nuestro objetivo es encontrar un buen ritmo.
Marcos:– ¡Yo ya compré un descompresor! (risas).