De ser uno de los vehículos más longevos, un clásico y un referente indiscutido entre los auténticos todoterreno por su probada robustez, confiabilidad –y rusticidad-, el Land Rover Defender podría pasar a ser una síntesis perfecta de la nueva era que se vive en la industria automotriz, con una mecánica completamente eléctrica y avanzada tecnología, pero afortunadamente para sus miles de seguidores, manteniendo las capacidades off road que siempre lo caracterizaron.
En 2016 luego de 33 años ininterrumpidos de fabricación (o 68, si consideramos a la Serie I), la marca inglesa decidió dejar de fabricarlo, no por una baja en la demanda, sino por la imposibilidad de adaptarlo a las cada vez más exigentes normativas de seguridad y control de emisiones en algunos de los mercados donde se vendía. Pero la compañía –como se sabe, en poder de Tata-, no iba a dejar en el olvido a su vehículo más representativo y ya había anunciado desde hace bastante tiempo un sucesor, que convierta al histórico Defender en un vehículo del siglo XXI, una reinterpretación moderna sin perder su esencia.
Esta nueva generación será presentada a fines de 2018, con la idea de iniciar su comercialización en 2019, haciéndola coincidir con los 70 años de la automotriz británica. Aún no se sabe si su aspecto tendrá grandes similitudes con el concept DC100, develado hace casi seis años atrás en un intento por “modernizar” la figura del Defender.
Lo que sí está confirmado es que será desarrollado bajo la plataforma de aluminio utilizada también en los actuales Range Rover, Ranger Rover Sport y Land Rover Discovery y contará con dos distancias entre ejes, como en las recordadas versiones 90 y 110. Las motorizaciones también serán compartidas con los actuales modelos de Land Rover, habrá opciones nafteras y diésel de la familia Ingenium, pero además, como señalábamos al principio, la gran novedad es que podría incluir además una variante completamente eléctrica.
Prueba de ello es que a principios de diciembre, tanto Land Rover como Jaguar anunciaron que a partir de 2020 todos sus vehículos serán híbridos o eléctricos (ver nota).
La llegada del Defender 2019 también renueva las expectativas de la marca en cuanto a sus ventas: se espera que alcance un volumen de 100.000 unidades anuales para que sea un modelo rentable, más del doble que su antecesor, que lograba vender alrededor de 40.000 unidades por año. Para este crecimiento, los mercados de Canadá y Estados Unidos jugarán un rol muy importante ya que el todoterreno podrá volver a comercializarse allí, ya que el actual tuvo que ser discontinuado al no contar con las medidas de seguridad exigidas.