Lamborghini Temerario Super Trofeo: un último guiño a los autos de carrera “a la vieja escuela”
A contramano de todos o casi todos, Lamborghini desafía la tendencia que domina a la industria. Mientras fabricantes como Ferrari, Porsche e incluso la propia firma de Sant’Agata avanzan hacia una gama electrificada por exigencias normativas, la compañía italiana presentó el nuevo Temerario Super Trofeo, un vehículo de competición sin asistencia eléctrica y destinado exclusivamente a circuito. No está homologado para uso en la vía pública y representa un enfoque cada vez menos frecuente en el segmento de los superdeportivos.
El modelo deriva directamente del Temerario de calle, que sí incorpora un sistema híbrido, pero Lamborghini decidió mantener el Super Trofeo completamente a combustión por tratarse de un auto de competición. La firma remarcó que, aunque la electrificación es hoy una condición necesaria para cumplir regulaciones de emisiones, los productos diseñados para circuito conservan la tradición mecánica de la marca.
El Temerario Super Trofeo fue desarrollado para la serie internacional Lamborghini Super Trofeo, activa desde 2009. A diferencia de los anteriores Gallardo y Huracán Super Trofeo, equipados con V10 atmosféricos, esta nueva generación adopta un V8 biturbo de 641 CV, cifra inferior a la del modelo homologado para calle. La potencia se envía únicamente al eje trasero mediante una transmisión secuencial de seis marchas, en reemplazo de la automática de doble embrague utilizada en el Temerario convencional. El conjunto comparte varios componentes con el GT3, incluida la transmisión Hoer, aunque este último desarrolla 577 CV según el Balance of Performance.
En el exterior, el Super Trofeo suma un kit aerodinámico específico, con un alerón trasero de gran tamaño y una configuración más agresiva que la del modelo de producción. El interior no fue mostrado, pero Lamborghini confirmó la presencia de una jaula de seguridad y el tablero revestido en Dinamica Infinity, un nuevo material derivado del poliéster.
Si bien la marca no comunicó el peso del Super Trofeo, la referencia del GT3, que marca 1.300 kilos sin fluidos, da una idea de la reducción lograda frente al Temerario híbrido de serie. La diferencia se explica por la ausencia del sistema eléctrico, la eliminación de la tracción integral y la simplificación general del aislamiento y los elementos de confort. Entre las mejoras técnicas también se incluyen un control de tracción regulable en 12 posiciones, escape Capristo, filtros de aire BMC y suspensión KW, configurada específicamente para uso en pista.
Aunque este modelo no tiene homologación para la calle, en la propia marca ya deslizaron que una versión civil de tracción trasera es probable. El CEO, Rouven Mohr, insinuó que, así como el Huracán derivó en el STO, el Temerario podría seguir un camino similar con una variante orientada a puristas. ¿Llegará alguna unidad a Argentina traída por algún coleccionista? La posibilidad, más ahora con la simplificación de los trámites de importación, siempre está.
