La EcoSport fue un éxito en nuestra región y en los denominados mercados emergentes, sin embargo, nunca logró conquistar Europa a pesar de los intentos de Ford de relanzarla con algunas actualizaciones. En contraste, el nuevo Puma, que sí fue pensado desde un primer momento para el Viejo Continente, logró una aceptación inmediata. Es más, su demanda es tal, que hay una lista de espera de varios meses para algunas de sus versiones y es, hoy por hoy, uno de los pilares de la compañía en dicho continente. Para apuntalar este éxito y mantenerlo de cara a los próximos años en los que la electrificación jugará un rol preponderante, la firma estadounidense desarrollará una variante 100% eléctrica del SUV.
En este caso no se trata de una especulación ni de un rumor, sino que la propia marca confirmó el desarrollo de esta versión hace unos días atrás como parte de su estrategia de electrificación para Europa en la que anunció el lanzamiento de siete nuevos vehículos 100% eléctricos, tres de pasajeros y cuatro utilitarios, a cargo de las subdivisiones Ford Model E (vehículos de pasajeros) y Ford Pro (vehículos comerciales). Incluso, la compañía ya develó la primera pista, un teaser en el que se llegaba a observar el frente de los nuevos modelos entre los que se distinguía fácilmente al Puma.
La variante eléctrica del B-SUV llegará de la mano de su primera actualización, prevista para 2024, que estrenará leves modificaciones en su diseño, una de las cuales será el retoque en la firma luminosa de las luces de circulación diurna (DRL), ahora en forma de C con dos barras verticales adicionales en la parte inferior. De acuerdo a algunas proyecciones particulares, el Puma E –aún no se sabe si este será su nombre definitivo-, se destacará además por contar con la parrilla completamente carenada y del color de la carrocería, tal como el Mustang Mach-E.
Puertas adentro, los cambios serían los mismos que incorpore el resto de la gama para ese año, estimamos con más ítems de equipamiento de conectividad y más asistencias a la conducción. La variante eléctrica agregaría además funciones específicas para monitorear el funcionamiento de su mecánica, el estado de las baterías y la autonomía restante.
Para su desarrollo, Ford deberá partir de la actual plataforma –compartida con el Fiesta-, aunque con importantes modificaciones para adoptar un sistema de propulsión eléctrico. De esta manera, la arquitectura MEB que será compartida con Volkswagen, quedará reservada para otros productos creados desde cero. Si bien hasta el momento no hay detalles oficiales sobre su configuración, se habla de un motor eléctrico de 130 a 150 CV de potencia, alimentado por un paquete de baterías de iones de litio de 50 kWh de capacidad, suficiente para otorgarle una autonomía de unos 350 kilómetros. Así, quedará en igualdad de condiciones frente a rivales como el Peugeot e-2008 y Opel Mokka-e, que también vienen logrando muy buenas cifras de ventas en el Viejo Continente.