El Audi TT, como muchos deportivos y sedanes tradicionales, enfrenta un futuro cuanto menos complicado: su escasa rentabilidad y los años en el mercado de la actual tercera generación van poniendo en jaque a la coupé que a fines de los 90 marcó un hito en cuanto a diseño. Al igual que el R8, su continuidad está en duda dentro de la firma de Ingolstadt pero podría tener una nueva oportunidad, aunque eso sí, completamente diferente al que conocemos.
El TT podría convertirse en un SUV eléctrico, que de coupé sólo tendría parte de su aspecto. Así lo señaló la revista británica Auto Express, que anticipa que Audi está trabajando en su reemplazante bajo su estrategia de electrificación.
La primera pista la dio Bram Schot, CEO de la compañía alemana, hace unos meses atrás cuando adelantó que su reemplazante sería un “emocionante auto eléctrico”. Ahora, esa pista parece confirmarse según asegura la publicación británica, mediante el proyecto denominado eTTron, que hace juego con el nombre de la icónica coupé y la gama de autos eléctricos de Audi.
Para esta cuarta generación, el TT se convertiría en un SUV de propuesta y medidas similares al Q3, es decir, unos 4,35 metros de largo, ubicándose por debajo del etron que ya conocemos. Para ello, sería otro de los productos del Grupo Volkswagen en utilizar la plataforma eléctrica MEB estrenada en el ID.3, que como se sabe, cuenta con tracción trasera. Así, se reducirían costos y se aprovecharía una arquitectura de nuevo desarrollo y que promete estar a tono, no solo con vehículos de corte más clásico o familiar, sino también con deportivos.
Mecánicamente, Auto Express plantea como una de las alternativas un motor eléctrico de unos 200 CV y tres opciones de baterías (de 45, 58 y 78 kWh de capacidad), que le proporcionarán una autonomía que podría variar entre los 320 y hasta 545 kilómetros.
De esta manera, Audi continuaría con su ambicioso plan de contar con 30 vehículos electrificados -20 de ellos 100% eléctricos- hacia 2025. Como antecedente, vale recordar que el TT no sería el único en pasar de coupé a SUV: años atrás Mitsubishi “resucitó” al Eclipse de esta misma manera y más recientemente, Ford volvió a la vida al Puma, transformado en un B-SUV con mecánicas mild-hybrid.
Tal como lo veo, tiene sentido común, con solo prolongar el techo hasta atrás y poner 4 puertas casi quedaría «estilo SUV», ahora bien, que sea una real SUV es otro tema.