La tercera generación del SUV planteó una auténtica revolución al apostar por completo por la electrificación total, sin versiones híbridas como su antecesor. El público ya le demostró su respaldo y aceptación, acumulando más de 10.000 pedidos. Ahora llegó el momento de cumplir con esas reservas y expectativas y para ello, ya inició la producción en serie en la planta de Leipzig.
La incorporación del nuevo Macan, que representa la transformación de la compañía hacia un futuro eléctrico, fue celebrado por los directivos de la marca alemana y autoridades del Estado de Sajonia y de la ciudad de Leipzig. Vale recordar que para su producción, el complejo industrial recibió una inversión de más de 600 millones de euros. «En Porsche estamos convencidos de que la electromovilidad es el futuro. Impulsar la transformación de la movilidad es una tarea conjunta de las empresas, la política y la sociedad. Sin embargo, este cambio no se está produciendo al mismo ritmo en todas partes. Por eso nos estamos posicionando de forma flexible, con una atractiva gama de productos y con tres tipos de propulsión: emocionantes motores de combustión, eficientes híbridos enchufables y modelos totalmente eléctricos. La planta de Leipzig es pionera en términos de flexibilidad y sostenibilidad, no solo dentro de la compañía sino en la industria del automóvil en su conjunto», afirmó Oliver Blume, Presidente del Consejo de Dirección de Porsche AG.
Presentado a nivel global a fines de enero, estéticamente, su diseño ya resulta bastante conocido debido a que la compañía en los últimos meses venía publicando varias fotos de unidades de prueba con muy poco camuflaje. Es también una evolución respecto al modelo actual, por lo que no hay modificaciones muy profundas sino un estilo algo continuista, pero a la vez con algunas novedades. El principal cambio se observa en el frente, con faros de formato similar a los del Taycan en la parte superior, pero con las luces principales ubicadas a la altura de la toma de aire central, por lo que Porsche también terminó adoptando el conocido recurso de dividir el frente en dos sectores.
De perfil, el formato de las ventanillas y parte de su silueta es bastante similar al actual Macan, aunque el remate posterior es mucho más pronunciado, al estilo del Cayenne Coupé. En este sector también se destacan los faros de Led que se extienden a lo ancho del portón y el difusor trasero sin salidas de escape. De acuerdo a la compañía, la aerodinámica fue minuciosamente estudiada, logrando un impresionante CX de 0,25. Para ello, cuenta con varios elementos de aerodinámica activa.
Puertas adentro, además de la habitual calidad de los productos de Porsche, lo que más transmite es sensación de sofisticación y mucha tecnología, con un tablero que si bien mantiene la inspiración en el 911, tiene como protagonista a las múltiples pantallas distribuidas en toda la plancha frontal y la consola: en primer lugar aparece el instrumental 100% digital –con display de 12,6”, configurable por el conductor pero con las típicas esferas-, le sigue el sistema multimedia y, frente al asiento del pasajero, su propia pantalla –ambas de 10,9”-. Adicionalmente, el climatizador también posee un display para seleccionar la temperatura e incorpora el head-up display con realidad aumentada, que proyecta información sobre la velocidad o la ruta sobre el parabrisas.
Desarrollado sobre la plataforma PPE (Premium Electric Plattform), el nuevo Macan crece levemente en dimensiones: mide 4.784 mm de largo, 1.938 mm de ancho, 1.622 mm de alto y posee una distancia entre ejes de 2.893 mm. Este incremento no sólo repercute en la mejorada habitabilidad, sino también en el espacio de carga, que llega a 540 litros en el baúl (ampliable a 1.348 litros rebatiendo los asientos traseros) más otros 84 litros bajo el capot o frunk.
Mecánicamente, en esta primera etapa, el SUV estará disponible en dos variantes: Macan 4 con dos motores (uno en cada eje) y un total de 408 CV (300 kW) y 650 Nm de par, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 5,2 segundos y alcanzar una velocidad máxima (limitada) de 220 km/h y Macan Turbo, con 639 CV (470 kW) y 1.130 Nm de torque. Acelera de 0 a 100 km/h en 3,3 segundos y alcanza una velocidad máxima de 260 km/h. En ambos casos, la batería es de iones de litio de 95 kWh de capacidad, con una autonomía homologada de 613 o 591 kilómetros, respectivamente según el ciclo WLTP. Para su recarga, al contar con una arquitectura eléctrica de 800V puede utilizar cargadores ultra-rápidos, que permiten pasar del 10 al 80% en apenas 21 minutos. Adicionalmente, como los últimos lanzamientos de la marca, posee eje trasero direccional y suspensión activa con amortiguadores de doble válvula.