Aunque el Chiron sigue sorprendiendo por su performance y exclusividad, Bugatti ya está trabajando en su sucesor y el proceso viene muy avanzado. De hecho, una de las partes más importantes ya está lista y es ni más ni menos que su mecánica. Es una época en la que la electrificación cobra protagonismo y la firma de Molsheim no es la excepción: la marca dirá adiós al icónico W16, aquella peculiar combinación de dos V8 unidos entre sí será reemplazada por un block más tradicional pero de igual cantidad de cilindros, un V16. Pero eso no es todo, estará acompañado de un sistema híbrido enchufable.
Empecemos a descubrirlo: Bugatti quiere, como se dice ahora, combinar lo mejor de dos mundos. Por un lado, tendrá la clásica configuración de un V16 aspirado -en lugar de los cuatro turbos del W16- de 8.3 litros, capaz de girar hasta las 9.000 rpm. Hasta ahí, parece un propulsor de la vieja escuela, ideal para los más puristas… La electrificación corre por cuenta de tres motores eléctricos –que son los que reemplazan la sobrealimentación- con los que consigue desarrollar los impresionantes 1.800 CV, junto con una batería bastante potente de 24,8 kWh de capacidad, que seguramente le proporcionará una autonomía de algunas decenas de kilómetros en modo eléctrico. La transmisión será una nueva caja automática de doble embrague.
Con todo esto, era imaginable que todo el conjunto mecánico tendría un peso y un tamaño considerable, pero no es tan así: según reveló la compañía, el motor mide apenas 1.014 milímetros, que se extienden hasta los 1.998 milímetros al incluir la transmisión.
La nueva joya de Bugatti será presentada hacia fines de este año y como era de esperarse, será realmente cara y exclusiva: se fabricarán solo 250 unidades y cada una costará alrededor de 3,6 millones de euros como precio base, cifra que seguramente será superada con creces al configurar cada unidad a gusto del propietario y con un amplio catálogo de opcionales.