Fue una marca que supo tener prestigio y un considerable éxito en sus años dorados, cuando se destacó por sus innovaciones técnicas y logrados diseños. Sin embargo, los elevados costos de producción y la imposibilidad de ganar en escala al ser una compañía relativamente chica la llevó a la quiebra a principios de los 60. Decidido a darle una nueva oportunidad, uno de los herederos de su fundador junto a capitales chinos, lograron relanzar la firma alemana en 2008 con una gama compuesta por SUV’s pero otra vez, no tuvo el éxito esperado y la empresa se encamina nuevamente a la bancarrota.
A principios de la década pasada, su presente –y su futuro- era realmente prometedor e incluso hubo presentaciones en nuestro país con la intención de comercializarla. Todo parecía muy bien encaminado pero el proyecto nunca se llegó a concretar, aunque la marca sí llegó a comercializar sus autos en Perú y Bolivia. Con una fuerte inyección de capital por parte de Foton –compañía perteneciente a Baic-, la nueva Borgward llegó a contar con un portfolio de SUV’s bastante completo, con cuatro productos (BX3, BX5, BX6 y BX7). Si bien la decisión de apostar por este segmento fue acertada, la estrategia no lo fue tanto ya que aunque sus autos se destacaban por un equipamiento muy completo, buena calidad de materiales y un diseño en ese momento moderno, eran relativamente caros para una marca no tan conocida en la actualidad y que muchos miraban con cierta desconfianza por su origen chino.
Con el correr de los años, Foton siguió fabricando y comercializando sus productos pero sin ninguna renovación. Así, poco a poco comenzó su declive y en los últimos años le fue soltando la mano: de acuerdo a información proveniente de China, Foton vendió el 70% de las acciones de Borgward a Ucar, un grupo también del gigante asiático que tampoco hizo nada por intentar reflotar la maltrecha Borgward. A modo de referencia, sus ventas eran realmente bajas, incluso en China: en 2016 registró 30.015 unidades y en 2019 llegó a las 45.321 unidades pero a partir de 2020, sufrió una abrupta caída, 8.703 unidades que bajaron a apenas 3.530 unidades en 2021. Cifras muy malas considerando el tamaño del mercado asiático.
Así, la empresa de origen alemán volvió a repetir su historia y, también golpeada por la pandemia de coronavirus, no pudo hacer frente a sus deudas. Aunque su final todavía no fue anunciado oficialmente, no está encontrando nuevos inversores, por lo que según medios de prensa europeos, está a punto de ser declarada en quiebra y difícilmente pueda ser rescatada otra vez.